Prologuíssimo
Muchos músicos de blues, grandes músicos de blues, hablan sobre encontrar un sonido propio, sobre tener una voz que los diferencie de los demás, de ser uno totalmente distinto; como supuestamente nos ha creado el ya conocido por todos, Dios.
En los años que llevo vagando en este hermoso y gigantesco baño público que es la vida me encontré con todo tipo de gente; aprendí que no todo está perdido y (por sobre todas las cosas) aprendí que lo original perdura.
En estos momentos de "ayuno obligado", a los que nos estamos acostumbrando (hombres, mujeres y niños de este mundo de tercera) con valentía de caballeros, es cuando trato de encontrar esa voz de la que hablaban los bluseros; ese lenguaje particular que tenga un modo propio de ver el mundo.
Y bien, damas y caballeros, de eso es lo que se trata este juego: de pasar por un filtro y decodificar cada imagen guardada en algún casillero del hemisferio izquierdo, de poner en el papel una lágrima, un pensamiento, una sonrisa hecha metáfora.
Significado (Sebastian Ogayar) 2002
Suena la canción de ella (Tan dulce como la canción)
Atormenta (se) el por posibles golpes
La policía en la puerta (y el)
Sube el volumen
Sube su incapacidad de sustento
Esto no es poesía, es desalojo
Llevan (se) sus cosas (las últimas)
Que seguramente perderá en el traslado
Cierran (le) la puerta
Le abren camino
Dentro
El zumbido de incomprensión
La cámara lenta
La resaca de licor casero
¿A quien le importan sus detalles?
Hablan de él los vecinos
Con la seguridad de nunca más
Señalan (lo)
Él se apoya en los tigres (tan suyos)
Que al fin y al cabo caminan a su lado
Ríen juntos, como si fueran compadres
El coro de ángeles barrocos
Parados en el postigo, canta la canción
La de ella
Él se aleja abrumado
Empujado por ellos
También por los tigres
Le nervian ganas de reír y ríe
También un cigarrillo (y fuma)
La estación de trenes
Toda la vida.